Las prestaciones sociales
Resumen
El abanico prestacional que configura el Régimen especial de Seguridad Social de los Funcionarios Civiles del Estado, está constituido por dos grandes grupos de servicios, el de la asistencia sanitaria y el de las prestaciones sociales, los cuales se dirigen a proteger a los afiliados ante las diferentes contingencias que les puedan sobrevenir. El segundo de estos grupos se encuentra sometido a una dinámica constante, determinada por los cambios que la realidad social va originando, los cuales, además, se van plasmando progresivamente en normas de diverso rango, destinadas a regular las relaciones entre los ciudadanos y las de éstos con la Administración, en este ámbito en particular. Las contingencias que este Régimen de Protección Social atiende a través de las prestaciones sociales, puede agruparse en cuatro grandes categorías: 1.- Contingencias respecto al servicio.- Se trata de la cobertura de situaciones que originen dificultades o imposibilidad de que los funcionarios atiendan su puesto de trabajo. Así tenemos: el riesgo durante el embarazo, la incapacidad temporal, las lesiones permanentes sufridas con ocasión del trabajo y el hecho de alcanzar el momento de la jubilación. 2.- Desarrollo personal y familiar.- Este bloque se dirige a atender aspectos de carácter más particular, que tienen una fuerte incidencia económica en la unidad familiar del funcionario o contribuyen a su formación y carrera profesional. Tales prestaciones consisten en: becas para estudios universitarios, tanto de funcionarios como de sus familiares, los casos de parto, adopción o acogimiento múltiples y la adquisición de la primera vivienda como domicilio habitual. 3.- Situaciones de necesidad (infortunio).- Se pretende paliar con ellas las circunstancias de infortunio que pueden acaecer a los mutualistas o a sus familiares, a través las prestaciones por fallecimiento y las ayudas de carácter asistencial, para atender aquellos casos excepcionales, no cubiertos por otras prestaciones regladas. 4.- Atención a la dependencia.- Este bloque, destinado tanto a funcionarios en activo como a jubilados y a los familiares de unos y de otros, puede dividirse a su vez en tres subgrupos. El primero de ellos se refiere a la atención a personas con algún tipo de discapacidad, con prestaciones como la relativa a la gran invalidez, las de hijo o menor acogido minusválido, las ayudas para mantenimiento y potenciación de la capacidad residual, así como las ayudas técnicas y las destinadas la eliminación de barreras arquitectónicas. El segundo bloque comprende las ayudas para personas mayores, tales como, teleasistencia, apoyo domiciliario, centros de día y estancia en residencias asistidas. Por último, el tercer bloque abarca la atención a enfermos psiquiátricos crónicos y a las personas drogodependientes. Estas ayudas para atención a las personas en situación de dependencia, son las que se encuentran en un proceso de mayor evolución, dadas las condiciones del grupo de personas a que van dirigidas y la incidencia, cada vez más elevada, de este tipo de contingencias que crece en paralelo con el aumento de la esperanza de vida. Por ello, es en ellas donde se centra el mayor potencial de desarrollo de las prestaciones sociales, de manera que se tiene previsto realizar experiencias piloto con algunas modalidades nuevas, así como evaluar otras posibles fórmulas de gestión de las mismas.