La reforma de la Administración Pública en Puerto Rico : 1993-1996
Abstract
Se examina el proceso de reforma de la Administración Pública en Puerto Rico, y en particular de la rama ejecutiva, durante la gestión del gobernador Pedro Roselló González entre 1993 y 1996. Se evalúan los resultados obtenidos en relación con el propósito declarado de transformar el gobierno de paternalista y proveedor a estimulador y facilitador de servicios, y se plantean conclusiones al respecto. En enero de 1993 el gobernador Roselló presentó un proyecto de ley para iniciar las reformas prometidas en la Administración Pública, cuyos objetivos específicos eran los siguientes: reducir el tamaño del gobierno; aumentar la productividad y mejorar la calidad de los servicios públicos; reducir el gasto público; y descentralizar la administración mediante la regionalización de servicios y la transferencia de funciones a los municipios y al sector privado. La Ley de Reorganización Ejecutiva de 1993 y los planes de reorganización fueron los principales mecanismos para impulsar la reforma. Entre los conceptos y estrategias más importantes para transformar el gobierno en un ente facilitador, se incluyen los siguientes: modelo de organización basado en "departamentos sombrillas"; desgubernamentalización; desreglamentación; y creación de concilios. La estrategia de los departamentos sombrilla consiste en agrupar unidades con características similares bajo una entidad mayor que integraría los diversos componentes y respondería directamente al Gobernador. Los departamentos sombrilla creados por la ley de Reorganización fueron los siguientes: Recursos Naturales y Ambientales; Comisión de Seguridad y Protección Pública; Corrección y Rehabilitación; Agricultura; Trabajo y Recursos Humanos; Hacienda; Desarrollo Económico; y Desarrollo de la Familia. La evaluación de los resultados de la reforma gubernamental muestran el interés del gobernador Roselló por cumplir su promesa de hacer un gobierno más compacto y facilitador. Sin embargo, también se aprecia una serie de obstáculos conceptuales, políticos y prácticos que se oponen al objetivo de "reinventar" el gobierno, a saber: el enfoque obsoleto e inútil de los "departamentos sombrillas"; el desconocimiento de los antecedentes y consecuencias de anteriores reformas gubernamentales; la continua improvisación por falta de estudios rigurosos; las pugnas de poder entre el Ejecutivo y la Legislatura; la falta de participación efectiva; y la política de privatización sin transparencia ni consenso. Se concluye que los resultados netos de la reforma gubernamental, hasta el momento actual, consisten en la eliminación de varias agencias, la creación de un número similar, y la consolidación o transferencia de unidades de uno a otro lugar dentro de la Administración Pública. En realidad, al margen de la nueva retórica reformista, no se encuentra novedad algunas en los logros de esta reorganización, en comparación con las emprendidas desde 1949, cuando se crea y moderniza la estructura básica del gobierno de Puerto Rico. C.S.