Municipios, administración cooperativa y desarrollo solidario
Abstract
La reciente ola de descentralización para superar la crisis del Estado ha supuesto una revitalización del regionalismo y del municipalismo. Ahora bien, los municipios no pueden permaneces aislados. De ahí la tendencia a constituir asociaciones de municipios, tanto para la representación política, en forma de federación, como para realizar conjuntamente ciertos servicios sociales, obras públicas y actividades socio- económicas, mediante organizaciones comarcales de municipios, mancomunidades o áreas metropolitanas. Un caso notable ha sido la constitución de la Federación de Municipios Libres de Perú, en el 2001. No se trata de suplantar al Estado pero sí de aplicar el principio de subsidiariedad para que aquello que se pueda hacer eficazmente a escala local no se hagas en instancias superiores. Ello en el plano político, debe permitir a la ciudadanía la iniciativa para nuevas ordenanzas o recurrir al referéndum municipal para toma de decisiones de especial trascendencia. Hay que insistir en la educación, la cultura y los valores que fomenten la cooperación y la ayuda mutua. También la autoexigencia de rigor profesional, precio justo y calidad debe presidir las relaciones interpersonales e interprofesionales. Alcanzar autonomía y autosuficiencia financiera para realizar sus servicios y competencias, es también imprescindible. Fortaleces y potencias a los jueces de paz, surgidos de la propia comunidad local. Crear, donde no exista, el defensor del pueblo municipal, para apoyar y promover la participación ciudadana y la protección de sus derechos. El desarrollo comunitario debe iniciarse en el ámbito local, tanto en el plano de la gestión pública compartida entre funcionarios y representantes de la ciudadanía, como en la supervisión común de servicios públicos, el señalamiento de prioridades de inversión pública y presupuestos, etc. Combinar la dirección política, el movimiento asociativo ciudadano y los profesionales gestores públicos, en una alianza beneficiosa para toda la comunidad. El modelo de sociedad laboral o fundación sin finalidad lucrativa, al servicio de estas actividades, puede ser un buen instrumento. Los municipios deben ser también agencias de promoción y desarrollo de empleo, con el apoyo del tejido asociativo de las sociedades civiles locales. Pluralidad de iniciativas y formas promociónales de carácter socioeconómico debe ser apoyadas y promovidas, a partir de los recursos humanos y materiales realmente existentes a escala local.