La importancia del recurso humano en la implementación de políticas públicas
Abstract
En las últimas dos décadas se han generado una gran cantidad de herramientas e instrumentos técnicos, administrativos y legales para su aplicación en el sector público, persiguiendo un fin general: la eficiencia, eficacia y oportunidad de las acciones gubernamentales respecto a las funciones públicas. A diferencia del pasado reciente, más administraciones públicas conocen y utilizan la planeación estratégica, la prospectiva, investigación de operaciones aplicada a servicios y procesos administrativos, tecnologías informáticas, análisis costo-beneficio, etc. Esta tendencia a la tecnificación en la gestión de organizaciones gubernamentales sustituyen en gran medida al uso de la discrecionalidad, la percepción subjetiva, la interpretación unipersonal de las reglas de operación y decisión, y favorecer la mayor claridad y transparencia de los criterios de decisión que fundamenta el ejercicio de los recursos disponibles. Sin embargo, la operación cotidiana de los programas y proyectos frecuentemente enfrentan obstáculos que inhiben e impiden la plena consecución de las metas y objetivos trazados. La respuesta inmediata a esta constante es que la implementación de los programas tiene fallas derivadas de la deficiente interpretación, operación y aplicabilidad de uno, varios o grupos de servidores públicos, así como también, la obstaculización que generan los intereses de la burocracia de los grupos que la conforman y de los individuos. En suma, el programa y/o proyecto puede estar bien diseñado, en el sentido técnico, pero mal aplicado o en su caso obstaculizado. Este escenario ha derivado en un renacimiento del centro organizativo para la consecución de los objetivos, planes, metas y trascendencia de políticas gubernamentales: el recurso humano como un elemento disponible pero heterogéneo en su participación y responsabilidad de las funciones asignadas. Esta ponencia pretende postular que el factor humano es un elemento clave en este proceso, sin embargo, la esencia del flujo organizacional, es aquello que da certidumbre a las acciones realizadas y que permite vislumbrar los caminos correctos en el desdoblamiento de las políticas gubernamentales. La adecuada compatibilización de los objetivos, grupos y las instituciones parece ser la llave para una política pública exitosa. En este sentido, la nueva organización pública estará consciente de la necesidad de satisfacer plenamente a todos los que la conforman: Sus clientes, empleados, directivos, proveedores, etc. Siendo una organización con responsabilidad social y consciente de su papel dentro del concepto de desarrollo sostenible. La organización del futuro es una sociedad humana regida por valores, compartidos, con una clara misión a cumplir, inteligente, imaginativa, participativa, flexible, dinámica y con responsabilidad social; con una cultura de servicio y con alta confianza, que da energía y transmite entusiasmo. Esta organización no solo reconoce la diversidad, sino que la aprovecha; ofrece libertad y obtiene apoyo de todos sus miembros, permite desarrollo y otorga satisfacción, porque se trabaja en equipo y bajo compromisos que garantizan el éxito.