El papel estratégico de los institutos de administración pública en la formación y actualización de recursos humanos de alto nivel para la función pública local : el caso del estado de Quintana Roo, México
Resumen
La transformación de los estados y sus instituciones en los llamados países emergentes, como consecuencia del fenómeno de la globalización, se ha vuelto una tarea compleja para los gobiernos que tienen ante sí la atención de los viejos problemas que dejó la estela del estado de bienestar; entro otros: mejorar la producción y la competitividad incesante de la economía frente a los nuevos problemas que ha acumulado el estado neoliberal; mejorar los servicios públicos y sociales, los derechos, el cuidado de la ecología y el desarrollo humano integral. Es en este entorno, que los Institutos Estatales como el que aquí analizamos, están dando su mejor batalla para poder cumplir decorosamente con los objetivos y compromisos que le han impuesto una ciudadanía cada vez más demandante y exigente. La globalización ha uniformado el quehacer de los gobiernos, al poner a su disposición poderosas tecnologías de información y comunicación que han replanteado la relación tradicional de gobernantes y gobernados. Asimismo ha generado problemas muy similares por superar: crecimiento económico, creación de empleos, aumento de la competitividad, mayores niveles de integración social y procesos políticos democráticos, entre otros. Democracia, libre mercado y justicia social no están siendo, sin embargo, atendidos de igual forma por los diversos países y al interior de estos en los estados y municipios que lo conforman. De igual manera, el desarrollo tecnológico administrativo no se ha traducido en mejores esquemas de organización y eficiencia de la administración pública. Por otra parte, nuevas tecnologías de información y comunicación no han enriquecido la construcción de los consensos con la sociedad civil para disminuir la corrupción pública y privada. Los retos que nos plantean la modernidad y la globalización a las instituciones encargadas de formar recursos humanos de alto nivel para el desarrollo de las instituciones gubernamentales son complejos, en tanto que si bien se han definido ya los sistemas de servicio civil de carrera en los ámbitos federal y local (en México y en el estado de Quintana Roo), falta superar los viejos vicios de la cultura burocrática y patrimonialista que limitan cualquier interno por profesionalizar a los servidores públicos. En otras palabras, en tanto no termine la etapa de construcción de un nuevo régimen político en el contexto de la reforma del Estado, los escollos para modernizar el aparato gubernamental se verán día con día multiplicados, por la ausencia de acuerdos políticos de largo plazo entre las fuerzas y actores que disputan férreamente el poder político del país y de los estados que lo conforman. En síntesis, la globalización ha uniformado y socializado los principales problemas de la gestión pública, pero su atención y resolución se ven limitados por la precariedad de las finanzas públicas, la insuficiencia de las reformas estructurales a la economía, la persistencia de las mismas estrategias fallidas para superar la pobreza que abraza a grandes núcleos de población en México y la región latinoamericana, y sobre todo la inmadurez que ofrecen las instituciones democráticas para garantizar una gobernabilidad sustentada en la acción moderna y profesional de la función pública. Este es el contexto que está definiendo el quehacer docente, la investigación y la vinculación de instituciones locales de formación y actualización de servidores públicos como la que hoy nos ocupa. Estamos así, interesados y comprometidos en preparar y actualizar servidores públicos en activo, con las herramientas más avanzadas del conocimiento administrativo para poder sortear los desafíos de una mayor interdependencia económica, política, social y cultural. Pero al mismo tiempo, nos hallamos sensibilizados para atender la demanda de cambio de actitudes en los servidores públicos, de tal suerte que nos permita combinar la aplicación de las nuevas tecnologías de información y comunicación con mayor apego a las normas jurídicas y a la ética en el ejercicio de la función pública. Estamos preocupados por mejorar la eficiencia, la productividad y la competitividad del gobierno a través de cambios en las estructuras, sistemas y procesos de trabajo, que hagan de la labor de los servidores públicos un ejercicio de creatividad, imaginación e innovación permanentes, condición necesaria, aunque no suficiente, para atender las necesidades y demandas sociales que se multiplican geométricamente ante recursos limitados. El mayor desafío que enfrentan los institutos locales de administración pública es el adecuar el funcionamiento de los aparatos de gobierno a las exigencias de la economía y sociedad globales, pero al mismo tiempo hacer compatibles los adelantos tecnológicos y la sociedad del conocimiento a los servidores públicos que tienen que tomar decisiones bajo sociedades regionales y locales que tienen rezagos sociales, económicos y culturales ancestrales y, que por tanto, se establecen como choques de civilizaciones.