Accountability, transparency, oversight : environmental essentials of public program appraisal and assessment
Abstract
Se destaca la importancia de establecer mecanismos de evaluación como parte integrante de toda reforma del sector público. Se sostiene que toda evaluación adecuada, oportuna y objetiva, debe sustentarse en tres elementos esenciales, la responsabilidad, la transparencia y la supervisión. Se examina cada uno de estos elementos y se formulan algunas conclusiones sobre el tema. La identificación de las oportunidades para cambiar, modificar o reestructurar el gobierno es un requisito obligatorio para una buena gestión pública. Para tales efectos, la evaluación objetiva de los programas de gobierno a efectos de emprender cualquier reforma, es un aspecto fundamental de los procesos de cambio. Por consiguiente, los mecanismos que garanticen una evaluación apropiada, oportuna y objetiva deben estar incluidos como parte fundamental de toda iniciativa de reforma. Para que los mecanismos de evaluación puedan ser viables y eficaces, ellos deben establecerse en función de un entorno en el que se evidencie un compromiso franco con tres conceptos de capital importancia, a saber: responsabilidad, transparencia y supervisión. A menos que estos conceptos se encuentren internalizados en el proceso de evaluación, los cambios deseados se verán inevitablemente obstaculizados. La noción de responsabilidad ("accountability") por parte del sector publico exige la asunción de responsabilidades en el caso de cada actividad gubernamental. Para ser eficaces, los sistemas dirigidos a sustentar la capacidad para dar cuenta de las actividades realizadas deben ser completos y abarcativos, incluyendo a todos los elementos que integran la organización, en especial a los programas de servicios públicos. La asunción de responsabilidades, manifiesta en la capacidad y la obligatoriedad de dar cuenta de las actividades realizadas ("accountability") puede perder toda significación si no se acompaña de la transparencia. Esta noción alude a la posibilidad de observar y juzgar el desempeño de los gerentes públicos, de modo de discernir acerca de la adecuación, la eficacia y la eficiencia de dicho desempeño. Por consiguiente, la gestión pública debe estar abierta y en disposición de ser sometida a cualquier escrutinio. Un buen sistema de supervisión es el tercer requisito para una apropiada estimación del grado en que los programas realizan esfuerzos y se acercan al cumplimiento de los objetivos fijados por la gerencia pública. La función de supervisión lleva a cabo una evaluación de la eficacia y eficiencia del desempeño, aporta observaciones y orientaciones, y por esta vía contribuye con el mejoramiento de la implementación de las políticas. Se concluye que la reforma del sector público, ya sea a nivel de los servicios, en términos de reducción del tamaño del gobierno de reestructuración del sistema, requiere en todos los casos del establecimiento de un proceso de evaluación para garantizar la realización y la adecuación de los cambios propuestos. En este sentido, se destaca la importancia creciente que están adquiriendo los organismos de auditoría encargados de establecer mecanismos de evaluación en los procesos de reforma. C.S.