Apoyos productivos para la superación de la pobreza : una vertiente de la política social en México
Resumo
Se describen los principales aspectos de la ejecución de un programa para la creación y consolidación de empresas sociales y la acción del Fondo Nacional de Apoyo a Empresas de Solidaridad (FONAES), en el marco de las políticas públicas destinadas a disminuir las condiciones de pobreza de un segmento de la población campesina poseedora de recursos productivos en México. La puesta en marcha de un programa para la creación y consolidación de empresas sociales es un instrumento de política social cuya misión es ofrecer apoyo a grupos sociales pobres urbanos y rurales. En este trabajo se reseñan los antecedentes del programa, el marco normativo y las características del organismo ejecutor. Se comenta lo novedoso de su orientación y se ofrece un balance de su operación en el medio rural. En México se ha venido aplicando recientemente el concepto de "focalización" en el área de las políticas sociales, para orientar los esfuerzos y el gasto hacia sectores y actividades plenamente identificadas de modo de garantizar plenamente el acceso a los beneficiarios. Este criterio se aplicó en el programa para fortalecer la actividad productiva del sector rural, focalizando trabajo hacia campesinos, artesanos, pobladores del semidesierto y pequeños empresarios rurales. El Fondo Nacional de Apoyo a Empresas de Solidaridad opera con un "capital de riesgo" sobre la base del establecimiento de una relación directa con el "sujeto social" que recibe dicho apoyo. La experiencia del período 1992-1996 en la ejecución del programa de apoyo a las empresas sociales ha superado ya la curva del aprendizaje, con un diseño que respeta los principios básicos al tiempo que otorga suficiente flexibilidad para adecuar su aplicación sobre la marcha. La orientación del Fondo es rescatar y potenciar las actividades productiva con restricciones de acceso a la tecnología, mercado, recursos humanos calificados y financiamiento. Por ello se plantea en los contratos de capital de riesgo, que sea de las utilidades de la actividad de donde se logre la recuperación del recurso, buscando promover entre los beneficiarios la operación según el principio de costo-beneficio. La evaluación del programa de apoyo a las empresas sociales deberá diferenciar por lo menos tres niveles: el nivel de los proyectos, de la elegibilidad de los grupos y del impacto del programa. La labor de evaluación deberá realizarse de manera sistemática y periódica, a fin de obtener un panorama real de los proyectos, tanto en lo que se refiere al impacto en la canalización de los recursos del capital de riesgo y del capital humano vinculado a cada grupo, como a la capacidad real obtenida en cada ciclo productivo. La función social del programa requiere una evaluación a partir de dos factores: una descentralización gradual que significa identificar la unidad social de atención y garantizar el acceso directo de los grupos sociales elegidos a los recursos; y una dinámica social significativa, que alude a la intervención del "sujeto social" en la toma de decisiones, tanto acerca de su propia actuación como de la respuesta del Fondo. C.S.