La corrupción argentina vista por la clase dirigente : resultados de una encuesta de líderes
Abstract
El trabajo realiza un diagnóstico de la extensión y gravedad de los problemas de corrupción en el estado argentino a partir de una encuesta de 130 líderes políticos, empresariales, sindicales, sociales e intelectuales que se realizó a mediados de 1999 como parte del proyecto de investigación Estado y Mercado en la Argentina Post-Reformas, llevado a cabo por un equipo de investigadores de la Universidad Torcuato Di Tella. Este documento describe brevemente el diseño de la encuesta y analiza los principales resultados relacionados con cuestiones de ética pública y corrupción. El enfoque metodológico general es el de la medición indirecta de un fenómeno que por sus características no se presta a ser observado directamente. En otras palabras, dado que los actos de corrupción son siempre ocultados por quienes los cometen, el único modo de aprender sobre ellos es mediante la consulta a personas presumiblemente bien informadas sobre los asuntos públicos, a quienes se les pregunta sobre el problema en general, y no sobre sus propios actos. Existe un generalizado consenso entre los líderes encuestados, incluyendo a los políticos y gobernantes, acerca de la baja capacidad del estado argentino para satisfacer las demandas de la ciudadanía. Cuando se pregunta por las causas de este pobre desempeño, la corrupción aparece como la segunda más importante (después de la ineficiencia y la baja capacidad de la burocracia), superando a factores tan importantes como los errores en el diseño de las políticas, la falta de liderazgo y la falta de presupuesto. Cuando se evalúan funciones concretas del estado, como la regulación de servicios públicos privatizados y la lucha contra la evasión impositiva, la corrupción también es mencionada entre las primeras causas del fracaso del estado. Más aún, todos los sectores entrevistados, de los intelectuales a los empresarios, pasando por sindicalistas y políticos, reconocen que los partidos políticos tienen un bajo o nulo nivel de compromiso con el combate contra la evasión. Dadas las graves urgencias fiscales del estado argentino en los últimos años y la retórica de lucha contra la evasión presente en el discurso de buena parte de la clase política, resulta paradójico (y sospechoso) que esa lucha tenga una muy baja ubicación entre las prioridades de los gobernantes argentinos. Aunque estas sombrías conclusiones pueden en parte ser producto del clima de corrupción que envolvía al país durante el gobierno de Menem (la encuesta fue hecha durante los últimos meses de su presidencia), la evidencia empírica de otros estudios basados en encuestas indica que la percepción de corrupción en el estado argentino no se ha modificado sustancialmente con el advenimiento de una nueva administración.