Investigación y desarrollo en salud : el desafío es la complejidad
Resumen
Al final de los 80ïs tuvieron lugar diversos procesos de cambios en el rol del Estado, con un enfoque predominante de liberalización macroeconómica. Se observan resultados preocupantes respecto del uso y distribución de los recursos del sistema de salud, así como también una tendencia economicista en desmedro de las políticas de salud, que son las que hubieran debido guiar las reformas del sector. El "Informe sobre la Salud en el Mundo 2.000" de la OMS ha generado controversias en ámbitos académicos y políticos. Para alcanzar el objetivo de formar recursos humanos capaces de desempeñarse en los dinámicos escenarios del sector salud, se requiere una formación que tome en cuenta el diagnóstico de necesidades reales por las que atraviesa una sociedad. El punto de partida para formar expertos capaces de investigar y desarrollar transferencias de conocimientos útiles hacia los policy makers es el de reflejar en los programas de formación de los posgrados, la complejidad del sector Salud, sus desequilibrios y tensiones constantes. Los sistemas de Salud, definidos como sistemas sociales complejos y abiertos, son el producto de una historia nacional, no existen respuestas universales. El graduado debe cumplir con objetivos políticos y sociales. En este marco existen tópicos sustantivos para los Planes de estudio de posgrado en Salud, entre otros, se pueden mencionar los siguientes: equidad, eficiencia e integridad, evidencia-indicadores y sistemas de información, estrategias para los contextos sanitarios, evaluación de políticas de salud, viabilidad política, economía de la salud, innovación tecnológica, liderazgo. La enseñanza interdisciplinaria en salud es fundante, ya que los objetos de estudio obligan al investigador a interrelacionar disciplinas y modelos teóricos. Se deduce entonces que el enfoque pedagógico deberá ampliar la visión e incentivar el espíritu crítico y el debate científico. Para ello, se requiere de un equipo docente integrado por especialistas con marcos epistémicos, metodológicos y conceptuales compartidos (y no compartimentados) y que trabajen basados en una estrategia metodológica que parta de la formulación de problemas reales, cuyas soluciones conduzcan al conocimiento multidimensional de la salud. Las políticas públicas hoy demandan recursos humanos que deben reformular su formación de grado, o de posgrado anterior. Esta reconversión requiere de un proceso intensivo y prolongado con el objeto de observar una transformación en actitudes y adquisición de conocimientos. Se requiere de recursos humanos en investigación y en gerencia, y los posgrados formadores deberían tomar en cuenta esa diversidad. Existe una tensión no resuelta entre la formación de un ejecutor (gerente, policy maker) y de un investigador. Si se trata de establecer un proceso interactivo entre investigación y desarrollo, para mejorar la calidad de las políticas sanitarias los planes y programas de estudio deberían propiciar un equilibrio entre las investigaciones básicas y las aplicadas. La formación de políticos y gerentes del sector a través de un posgrado académico es de tanta importancia como lo es la formación del investigador. En este nuevo contexto, la capacidad de administrar bien las cosas se hace más relevante y se convierte en prioridad política. El problema de la eficiencia y eficacia del aparato público constituye ahora una cuestión de Estado. Los posgrados transfieren personas y conocimientos a la cosa pública. Dado lo analizado, será necesario que tanto la modalidad de enseñanza como sus productos en investigación y asistencia técnica, y formación de recursos humanos gerenciales, tengan en cuenta qué conceptos e instrumentos manejar y qué competencias desarrollar. Bajo los efectos de la globalización se internacionalizan con rapidez muchas experiencias y prácticas para dar respuesta a los problemas actuales, sin embargo, no se puede desconocer lo singular y específico de cada sociedad en un constante estudio y confrontación. Será necesario transformar la formación académica misma, de un consumo, a una inversión funcional que contribuya al cumplimiento de los objetivos sociales.