Nuevos acuerdos institucionales para afrontar el inframunicipalismo argentino
Resumo
Los municipios argentinos no están al margen de los procesos mundiales de globalización y localización y sus habitantes presionan requiriendo servicios que antes recibían de los gobiernos nacional y provincial. También muchos autores y líderes políticos remarcan la necesidad de emprender procesos de descentralización, lo que requeriría que los municipios asuman nuevas funciones. No obstante, la realidad indica que la mayoría de los gobiernos locales tiene pocas probabilidades de asumir exitosamente la gestión de nuevas competencias por lo que estas presiones, lejos de fortalecer, pueden debilitar aún más su presencia institucional. El escaso tamaño de la mayoría de los gobiernos locales argentinos se constituye en una debilidad institucional cuando se los evalúa respecto de su capacidad para prestar más y mejores servicios públicos. La correlación encontrada entre la población mínima legislada para constituir un municipio y el tamaño promedio en las distintas provincias, permite advertir sobre la necesidad de revisar los diseños institucionales y adoptar nuevos marcos jurídicos y soluciones administrativas, si se pretende mejorar con equidad las condiciones de vida de la población. Las reformas deben tender, por un lado, a evitar la constitución de nuevos municipios de tamaño inviable lo que requiere aumentar los pisos establecidos en las constituciones y repensar el status, la dependencia y la representatividad de los centros urbanos menores. Estas medidas podrían contribuir a frenar la tendencia secesionista de muchos líderes locales. Por otro lado, las reformas deberían propiciar y facilitar la constitución de instituciones supramunicipales, con funciones amplias y crecientes, las que incluso podrían constituirse en el germen de futuras fusiones. La diversidad de fortalezas entre gobiernos locales, debe constituirse en objeto de particular preocupación para las autoridades públicas. El desafío primario es, sin duda, para los constituyentes provinciales; la reforma del régimen municipal es importante y urgente y sobre todo, aún se está a tiempo de prevenir males mayores. En tanto, el papel del Estado Nacional es más acotado pero no menos importante. Si bien sólo tendría derecho de intervenir ante la falta de implantación del régimen municipal o si no se asegurase la autonomía municipal, el gobierno federal no debería resignar su rol orientador, ni perder la oportunidad de incidir en el establecimiento de condiciones equitativas de desarrollo para los habitantes de las distintas municipalidades argentinas.