La estructura y el modelo de gestión que potencien el espíritu emprendedor en la administración pública
Resumen
En términos generales debe afirmarse que el punto de partida de este trabajo, está en la idea cada vez mas aceptada universalmente, en cuanto a que las administraciones públicas tienen una obligación de gestión y más aún casi relacionada con la ética y la moral, por brindar a los ciudadanos en forma permanente y continua, servicios y productos de calidad, que satisfagan e incluso superen sus propias demandas. En este esfuerzo tienen relevancia indiscutida, las estructuras organizacionales y los modelos de gestión que se pongan a disposición de las organizaciones públicas para el cumplimiento de su misión, y ello resulta aún más crítico cuando se intenta asociarlas a la factibilidad de desarrollar una cultura emprendedora que reemplace a la tradicionalmente burocrática, a través de la promoción de acciones vinculadas al espíritu creativo e innovador de los emprendedores. La formación de equipos de trabajo efectivos, se piensa como una alternativa válida, que reemplazando las casillas del organigrama, de fuertes fronteras y límites, pueda, pausadamente ir abordando, con la participación de los emprendedores, aquellos negocios estratégicos que toda organización pública tiene, y respecto de los cuales, la fallas o carencias pueden asumir un alto costo corporativo, por lo que es necesario evitarlas. Asimismo, nos parece que está suficientemente acreditado, que las estructuras burocráticas tradicionales, están cansadas y han agotado sus posibilidades para afrontar exitosamente el cambio permanente que plantea el entorno de la administración, por lo que, difícilmente serán capaces de proveer los espacios para el desarrollo y aprovechamiento de los aportes del espíritu emprendedor, que contribuyendo en inteligencia, creatividad e innovación, generaran mayor riqueza del capital intelectual, indispensable en la formulación de la visión de futuro del sistema público. En este orden de situaciones, se aprecia también como críticamente necesario un cambio radical en los estilos de dirección de las organizaciones públicas, y en ello, el cambio del paradigma de la jefatura de estilo autoritario y de comunicaciones verticales, por otro en donde el liderazgo efectivo, al estilo de un coach, empodera a los subordinados y comparte con ellos, las ideas innovadoras, independientemente del nivel jerárquico en que estas se produzcan. El liderazgo efectivo, con esas características es capaz de generar los espacios de confianza y renunciar a sus propias prerrogativas directivas, para privilegiar el concurso de todos los emprendedores, que con su espíritu individual y asociatividad, sean capaces de aportar ideas creativas y hacer algo con ellas, es decir presionar a la gerencia pública para que implemente los cambios innovadores, que consolidaran la gestión participativa, de lenguajes de complicidad y de compromisos permanentes, que acercaran cada vez más, el servicio público a los ciudadanos clientes y usuarios.