Los institutos y centros gubernamentales de hacienda como instrumentos para la reforma del Estado
Resumen
El propósito del autor es destacar la importancia de las escuelas gubernamentales de hacienda o finanzas como elemento fundamental para la modernización de aquellas estructuras en las cuales están insertas, y subsecuentemente para alcanzar una adecuada reforma del Estado. Como ilustración de su cometido trató de buscar ejemplos entre los países ya desarrollados donde el inicio y la posterior evolución de esas entidades, resultaron de situaciones económicas y sociales graves, resultantes de la Segunda Guerra Mundial, que demandaban liderazgo político y tomada oportuna de decisiones. Francia y Alemania presentan en sus experiencias los casos más relevantes de instrumentos de formación y capacitación de dirigentes, la primera, de una forma más amplia con su Escuela Nacional de Administración (ENA) como base para diversas carreras, y la segunda con una fuerte estructura fiscal-financiera establecida desde su gobierno federal con presencia definida en todos los estados de la federación Alemana. España, también salida de una Guerra Civil que destruyo prácticamente toda su base gubernamental, trató de establecer las instituciones necesarias que, más recientemente, resultaron en la creación de su Escuela de Hacienda Pública. El Gobierno de los Estados Unidos, además de participar activamente de la reconstrucción de los citados países, les ofreció el beneficio de su aparato de gobierno cuyas instituciones, particularmente, en el área federal, ya presentaban condiciones de avanzada profesionalización en el sector financiero. Brasil y México, como países en desarrollo en el ámbito del Sistema Interamericano tuvieron oportunidades de recibir apoyo de la cooperación técnica bilateral e internacional desde los años 50, y más directamente en cuestiones fiscal-financieras a partir, respectivamente, de los 60 en el caso de Brasil, y los 70 en el caso de México. Las experiencias de República Dominicana y Honduras, participantes del panel aportarán sus respectivas experiencias para indicar el cuadro actual y las posibles tendencias en el Caribe de habla hispánica y América Central. Esa contribución específica proporcionará el telón de fondo para el capitulo dedicado al Programa de Fortalecimiento de los Centros de Capacitación en las Administraciones Tributarias, un Proyecto Regional conjunto entre el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Centro Interamericano de Administradores Tributarios (CIAT). La Escuela de Hacienda Pública del Instituto de Estudios Fiscales de España, y el Instituto de Capacitación Fiscal (INCAFI) del Servicio de Administración Tributaria (SAT) de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público de España, aportan sus respectivas experiencias para fortalecer las instituciones de los países participantes. Para completar el cuadro vigente en Centroamérica se hará referencia especial al Instituto Centroamericano de Administración Pública (ICAP) destacando sus aportes anteriores y su contribución actual que cuenta con el apoyo de la Fundación Alemana para el Desarrollo. El capitulo siguiente tratará del segundo movimiento de convergencia para beneficio de la profesionalización del personal de los ministerios de hacienda y finanzas representado por el Programa Regional de Fortalecimiento de los Sistema Integrados de Administración Financiera. Este programa iniciado por la Agencia Internacional de Desarrollo de los Estados Unidos (USAID) cuenta también con el apoyo del Banco Mundial y del BID y actúa en toda región, pero para los propósitos de este documento se buscó focalizar apenas los países de América Central. A partir de la descripción de lo que viene ocurriendo en todos esos países tanto en términos de sus esfuerzos de capacitación como de establecer sistemas de administración financiera y comparándola con lo que ya pasó en los países más desarrollados de Europa, y en los Estados Unidos, creo que será posible someter a consideración de los participantes algunas conclusiones básicas. Los países que todavía no tienen deben buscar el mecanismo que más se adapte a sus respectivas condiciones. Para eso son múltiples las fuentes de apoyo o soporte para ese tipo de iniciativa, inclusive los citados programas regionales. Los costos iniciales pueden ser elevados pero hay formas de minimizarlos con la participación de otros componentes interesados, más que todo, de las sociedades civiles. Finalmente, todos esos esfuerzos tendrán siempre mayor posibilidad de éxito cuando puedan fortalecerse mutuamente a través de redes nacionales, regionales e internacionales.