Etica y valores : el Estado y la ciudadanía en la lucha contra la corrupción
Abstract
La ETICA (del griego ethika, "comportamiento", "costumbre"), está constituida por los principios o pautas de la conducta humana, a menudo y de forma impropia llamada moral (del latín, mores "costumbre") y por extensión, al estudio de esos principios a veces llamado filosofía moral. Si bien cada cultura ha desarrollado un modelo ético propio, circunscribiremos este análisis al ámbito de la civilización occidental. La discusión ética ha ocupado en los últimos años el primer plano, tanto dentro de las consideraciones filosóficas como en la reflexión en general. El resurgimiento de la filosofía práctica se corresponde con cambios en el ámbito filosófico bajo nuevas formas de argumentación práctica y resulta ser, además, correlato de una profunda crisis de valores y un relativismo recalcitrante en el marco de la originalidad de nuestra época. Desde Sócrates hasta Marx y desde el positivismo hasta la filosofía analítica, el concepto ético, ética, se asocian con la moral y la bondad. La real academia define ética como "parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre". Y moral es definida como la ciencia que trata del bien en general, y de las acciones humanas en orden a su bondad o malicia. En el conjunto de elementos que conforman un "buen gobierno", y en un contexto de consolidación del sistema democrático, el papel de la sociedad civil es fundamental, no sólo desde el punto de vista estrictamente político, sino también en la dimensión económica y social de governance. El concepto de sociedad civil denota la organización social moderna separada del status político, a diferencia de cualquier otra organización social posmoderna. Es la que puede retroalimentar e impulsar al gobierno en sus estrategias, mediante el consenso indispensable a la estabilidad democrática. La real ética se aprende durante la vida del ser humano y el entrenamiento de la misma nos lleva a saber distinguir lo justo de lo injusto lo correcto de lo incorrecto y que todos los temas importantes y dilemas esenciales implican decisiones difíciles entre distintos intereses a los que debemos afrontar descartando el ego, la envidia, la ambición, la temeridad, pues estas son algunas de las causantes de la corrupción, que todo hombre de bien ya conoce en su vida diaria. Una ciudadanía educada e informada es vital en la creación y sustento de una nación democrática próspera y productiva. Sólo cuando la gente entienda y aprecie a cabalidad la nación la que forma parte, así como de su papel de ciudadano en la sociedad y la base histórica de estos roles, se dará cuenta de que tiene el poder de mantener una sociedad civil responsable y atenta.