Descentralizacao político administrativa no Brasil. Aspecto essencial da (re)construcao da esfera pública
Fecha
1997-02Autor
Santos, Alexandre C. de Albuquerque
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Se examina la descentralización político-administrativa en el caso brasileño desde una perspectiva jurídico-institucional, y se establecen comparaciones con los demás países latinoamericanos. Se reseña la evolución del papel desempeñado por los municipios en el Brasil y la aparición de formas más eficientes de gestión, en el marco de la reconstrucción conceptual de la esfera pública. La estructura político-institucional en América Latina ha sufrido la influencia de los cambios operados a nivel mundial en los últimos años. Las experiencias de descentralización han estado asociadas íntimamente a los procesos de democratización de los regímenes políticos, como lo muestran los casos de Venezuela, Chile, Paraguay, Colombia y Bolivia. Aún cuando desde el punto de vista institucional, el caso brasileño sea posiblemente uno de los más avanzados, ello no significa que todos los obstáculos han sido allanados y que se haya alcanzado definitivamente una mayor eficiencia en la prestación de los servicios públicos. El proceso de descentralización en Brasil fue ampliamente contemplado en la Constitución de 1988, convalidando al menos desde un punto de vista formal, el principio federativo del Estado. Como resultado, la descentralización avanzó desde 1988 y los municipios dispusieron de condiciones de gobernabilidad muy superiores a las que habían tenido anteriormente. Entre las disposiciones constituciones cabe destacar las referidas a las cuestiones fiscales y tributarias, ampliamente favorables a los municipios. En el proceso de democratización del país, ya desde la década de 1970 resurgieron, sobre todo en las grandes ciudades, los movimientos sociales que dieron lugar a las asociaciones de vecinos, a los grupos de defensa del medio ambiente, de defensa de los derechos de las minorías o de sectores sociales oprimidos. En todos los casos, es innegable el papel político que jugaron progresivamente estos grupos sociales, tanto en lo que se refiere a la democratización como a la calidad y a la orientación del proceso de descentralización. Las nuevas formas de participación y de control social se vieron fortalecidas por una serie de razones vinculadas con los defectos evidentes de los mecanismos políticos tradicionales. En este contexto, el control social aparece como la asunción por parte de la sociedad de recursos de poder para forjar nuevas formas de representación y de presión. En este sentido, puede afirmarse que el control social puede fue uno de los instrumentos que tuvo una gran incidencia en la reforma del Estado. Se concluye que el momento actual es altamente favorable para la evolución del proceso de descentralización, con la conformación de gobiernos locales más autónomos, consecuentes y democráticos, aunque hará falta mucho tiempo para superar los problemas crónicos que sufre la institucionalidad latinoamericana. Este se el gran desafío que debe tenerse presente en todo momento, tanto para contribuir con el avance de la descentralización, como para que los puebles de la región puedan concebir finalmente a la esfera pública como el ámbito de los asuntos pertenecientes o destinados al pueblo, y que exige la participación activa de todos los individuos en bien de la colectividad. C.S.