Enfoques espaciales para mejorar la equidad : la descentralización en el diseño y la gestión de programas sociales
Resumen
Cuando desde los estados se enfrenta el desafío de avanzar en favor de la equidad, diseñando y ejecutando programas sociales de amplia cobertura acorde a la magnitud de las necesidades y gran dispersión geográfica, la descentralización es una alternativa con potencialidades y complicaciones. Asignar recursos focalizadamente, ejecutarlos con transparencia y pertinencia a las necesidades, y avanzar en la complejidad y profundidad de las intervenciones, son aportes esperados de la descentralización. Esta presentación se basa en la experiencia del Plan Social Educativo desarrollado en Argentina desde 1993, para posibilitar oportunidades educativas de calidad efectivamente disponibles para poblaciones pobres. Es un programa social focalizado, integrado dentro de una política educativa global de transformación del sistema educativo. Su ejecución es descentralizada, asignándose recursos materiales y financieros directamente a 16.000 escuelas involucradas. Se trabaja articuladamente con los gobiernos locales, para operar sobre los componentes institucionales y pedagógicos que permiten a cada escuela actuar protagónicamente en la formulación y ejecución de propuestas educativas que atiendan particularidades de su comunidad, con calidad y promoviendo el completamiento de cada etapa escolar. Se ejecutan 180.000.000 de dólares anuales, con acciones articuladas y convergentes: aportes para equipamiento y material didáctico, dotación de libros de texto, de consulta y de literatura, útiles escolares, financiamiento de proyectos de enseñanza, obras de infraestructura, becas estudiantiles para la ampliación de la escolaridad obligatoria, propuestas especificas para la retención escolar, materiales de desarrollo curricular. Este programa se ejecuta en un país federal, con gran dispersión territorial que agrega instancias de articulación y acuerdos para ejecutar acciones descentralizadas. Los programas sociales masivos y descentralizados deben inscribirse en un proceso dinámico que siga rigurosos parámetros técnicos, manteniendo una preocupación por la atención inmediata y progresiva de las necesidades, integrando: - La identificación básica y certera de las necesidades de atención prioritaria. - El aprovechamiento de toda la información disponible y la captación ordenada de nuevos datos. - La formulación de líneas de acción articuladas en itinerarios de complejidad y profundidad evolutiva. - La disponibilidad de los recursos financieros y su asignación de acuerdo a criterios objetivos, transparentes y de cuidadosa asignación a las poblaciones destinatarias. - La agilidad y compromiso en la gestión. - Los dispositivos de seguimiento y control. La descentralización aparece potencialmente como una herramienta estratégica. Se señalan tres aspectos cruciales para explotar su aplicación a la gestión: - La claridad, simplicidad y pertinencia en los programas, que incidan medularmente en las situaciones a resolver, y tengan previsto un itinerario de crecimiento en complejidad y profundidad, así como en el progresivo protagonismo de los destinatarios. - La identificación de las unidades significativas de efecto, como haz de intervenciones y aportes dirigidos a dinamizar procesos, previendo modificaciones y empujes sustantivos y a la vez posibles de trasladarse a grandes escalas. - La importancia de determinar y fortalecer las necesarias instancias de mediación entre las organizaciones centrales y las organizaciones efectoras de las prestaciones, las que entran en contacto directo con los destinatarios.