Modelo estratégico de la reingeniería de la administración pública : el caso del estado de Guanajuato en México
Abstract
Al inicio de la actual administración se estableció en el Plan Básico de Gobierno 1995-2000, el reto de forjar un BUEN GOBIERNO, que diera respuesta a las demandas de la sociedad a través de una actuación competitiva, transparente, honesta, participativa y proactiva, que generara mayores resultados y a la vez costara menos. En los últimos tres años, se han dirigido esfuerzos en la implementación de una nueva forma de trabajo dentro de la administración pública estatal, que involucra por un lado la aplicación de técnicas y herramientas de mejoramiento de la calidad, y por el otro un gran cambio cultural en los servidores públicos. El reto y el compromiso de construir un buen gobierno, se refiere a tres aspectos fundamentales. Primero, el establecimiento de un canal de comunicación con la sociedad para informar con absoluta transparencia y oportunidad sobre las acciones de gobierno, estableciendo con esto la rendición de cuentas y la atención inmediata y ágil a las quejas y demandas de la sociedad. En segundo lugar, el compromiso de mantener sanas las finanzas estatales, impidiendo comprometer irresponsablemente el futuro de los guanajuatenses y al mismo tiempo incrementar el gasto social, abatiendo el rezago de servicios básicos e infraestructura que ha padecido un gran porcentaje de la población. Por último, la incorporación de nuevas formas de trabajo, que han resultado ser altamente exitosas en proporcionar productos y servicios de mejor calidad, a un menor costo. Se ha asumido el reto de pensar con una visión de futuro y no implementar programas que tengan como objetivo el lucimiento personal y el protagonismo. La política tradicional implementa sus programas para períodos de tres o seis años, dependiendo del nivel de gobierno de que se trate, en virtud de que los políticos quieren entregar los resultados dentro de su gestión. En aras de la verdad, el esfuerzo de mejoramiento y transformación como el que se aspira, no reditúa en períodos tan pequeños. Es necesario que la política se comprometa con el futuro, asumiendo el reto personal con este proceso, el cual no debe ser visto como un programa particular de la administración actual, porque la misma sociedad cada vez más informada y exigente, será la que demande su existencia y seguimiento. El poner a trabajar los principios y conceptos de la calidad total en el sector público, ha sido una experiencia única y retadora, mucho más complicada de lo se que pudo haber imaginado. Sobre todo porque los vientos del cambio chocan de frente con las fuerzas autocráticas de la burocracia. Aun cuando el progreso ha sido lento y el camino difícil, se cree más que nunca que estos métodos pueden ser aplicados. Así lo demuestran los avances y ejemplos obtenidos, y presentados en esta ponencia entre ellos: en estos tres años se ha logrado cuadruplicar la participación de las unidades gubernamentales (435 en 1999) en el premio Guanajuato a la Calidad, de las cuales 10 han resultado ganadores. Varias dependencias estatales han emprendido la certificación ISO 9000 y hasta la fecha se han obtenido ya dos certificados. Prácticamente todas las instituciones de gobierno aplican planeación estratégica, procesos de calidad, capacitación intensiva, y métodos de investigación de clientes y ciudadanos.