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dc.contributor.authorKliksberg, Bernardo
dc.date.accessioned2018-09-02T05:56:41Z
dc.date.available2018-09-02T05:56:41Z
dc.date.issued2009-02
dc.identifier.urihttp://cladista.clad.org//handle/123456789/5014
dc.description.abstract10 millones de niños mueren anualmente por causas evitables ligadas a la pobreza; uno cada tres segundos. 500.000 madres fallecen durante el embarazo, o el parto, una cada minuto; el 99% en países en desarrollo. También por pobreza, 1.100 millones de personas no tienen agua potable, 2.600 millones no tienen una instalación sanitaria. Todo ello en un mundo que ha experimentado en años recientes revoluciones tecnológicas que han multiplicado sus posibilidades de solucionar estos problemas. Pero al mismo tiempo, que es cada vez más desigual. Según estudios de la Universidad de la ONU el 10% más rico de la población tiene el 85% del patrimonio mundial, el 50% más pobre sólo el 1%.
dc.description.abstractEl trabajo presenta siete desafíos éticos que deberían ser prioridades para el planeta: la pobreza, las familias en serios riesgos, los niños indefensos, la discriminación de género, el relegamiento de las poblaciones indígenas, el ascenso de las inequidades, y una nueva disparidad: la vulnerabilidad ecológica.
dc.description.abstractPlantea que es la hora de la responsabilidad social, y denuncia los impactos nefastos de la escisión entre ética y economía en el pensamiento económico prevalente en las últimas décadas. Analiza los roles que deberían jugar la política pública reclamada actualmente por la ciudadanía como solución central frente a la crisis. Junto a ella aborda la responsabilidad social de la empresa privada, y el papel de la sociedad civil. Establece la necesidad de concertaciones virtuosas entre políticas públicas activas, responsabilidad social empresarial, y una sociedad civil movilizada, para enfrentar los desafíos éticos, de los que dependen las posibilidades de vida de la mayor parte de la población mundial.
dc.description.abstractEnfoca la necesidad de cambiar las reglas de juego aumentando sustancialmente la solidaridad de los países ricos, y fijando condiciones que permitan producir y exportar a los países pobres.
dc.description.abstractMuestra que las soluciones están al alcance. Así con sólo 20 dólares se podría dar a cada niño al nacer, como lo hace Noruega, todas las vacunas claves, y ello aumentaría significativamente su esperanza de vida. Con sólo el 1% del ingreso de las 200 personas más ricas del planeta, se podría dar educación primaria a todos.
dc.description.abstractSe examinan, por último, los nuevos roles que las universidades deberían desempeñar para apoyar el enfrentamiento de estos desafíos. Deben auto-reformarse tecnológicamente, pero ante todo asumir las responsabilidades sociales que los inadmisibles niveles de pobreza y exclusión social vigentes reclaman. Deben convertirse en una referencia de construcción de paz y justicia para los pueblos.
dc.format.extent
dc.languageEspañol
dc.publisherCLAD
dc.relation.ispartofseriesRevista del CLAD Reforma y Democracia; No. 43.(Feb. 2009)
dc.rightsCreative Commons BY-SA-NC 4.0 Int
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/
dc.subjectETICA
dc.subjectRESPONSABILIDAD SOCIAL
dc.subjectPOBREZA
dc.subjectPROBLEMA SOCIAL
dc.subjectUNIVERSIDADES
dc.titleLos desafíos éticos pendientes en un mundo paradojal: el rol de la universidad
dc.typearticle
clad.keyMFN41207--41207
clad.key1KEY41207
clad.notesDisertación con motivo del otorgamiento del Doctorado Honoris Causa de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), España, 2008
clad.md5097b84644fba8be117adba9fd725cab8


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