El proceso de descentralización como motor del desarrollo local

Abstract

La transformación que ha sufrido la gestión pública a partir de las reformas institucionales de los países de acuerdo a los requerimientos devenido en la actualidad, han ocasionado cambios en el nuevo rol que le toca asumir al Estado. En referencia particular a la transformación que está sucediendo, adquiere relevancia el análisis de cuál sería la utilidad de la descentralización para el cumplimiento de los objetivos de crecimiento sustentable, equidad y participación, y cómo esto contribuye a la eficiencia y al sostenimiento de la democracia.

Así, la descentralización económica y política de la gestión pública debería encontrar su punto de óptimo -o de equilibrio-, para convertirse en un adecuado detonante a fin de incentivar la eficiencia en la asignación de recursos e impulsar la transformación productiva, el crecimiento económico y el desarrollo local, la participación y la responsabilidad de los gobiernos locales. Partimos de considerar a la descentralización como un caso de transferencias de funciones desde la administración central del Estado hacia las administraciones subnacionales: en los países federales, estatales y municipales y, en los países unitarios, regionales y comunales. De allí, cada administración pública está en condiciones de decidir el grado deseable de centralización y descentralización de sus servicios y determinar posteriormente el mecanismo de financiación adecuado.

De acuerdo a lo observado en los distintos casos de procesos de descentralización llevados a cabo en algunas economías de Latinoamérica, la característica predominante ha sido la creciente transferencia de recursos dirigidas a gobiernos subnacionales, tratando de financiar la delegación de servicios y siempre en un marco tendiente a la disminución de las brechas señaladas, con el objetivo de redistribuir recursos a favor de las regiones más relegadas.

En el caso concreto de nuestro Estado Provincial, y a partir de un marco legal instrumentado a inicios de la década de los noventa, hemos sido testigos de algunas experiencias descentralizadoras que corrieron suerte diversa. Así podemos contabilizar casos de funciones sanitarias que resultaron traumáticas en su traspaso a los Municipios por haber sido instrumentados en un marcado desequilibrio entre funciones transferidas y recursos otorgados.

Por otra parte, se cuenta con una experiencia sumamente exitosa de traspaso entre los mismos actores como es el caso de la Empresa de Agua y Cloacas a la órbita de la Municipalidad de Río Cuarto; en este caso, la acción no solamente generó el aumento de eficiencia en la prestación de los servicios involucrados, sino un fuerte crecimiento en el área de cobertura de los mismos. Por otra parte, las inversiones realizadas para el logro de tales objetivos, generaron una importante multiplicación del desarrollo a nivel local.