Transferencias monetarias versus servicios sociales: construyendo nuevos arreglos para ajustarse a los riesgos sociales emergentes
Abstract
Este documento, hace una revisión de los instrumentos de política social (transferencias monetarias y servicios). En cuanto a las transferencias, analiza las dirigidas a la tercera edad -propias de los sistemas de jubilaciones y pensiones- y también las transferencias condicionadas de nueva generación. Se realiza una lectura de esta transferencias a la luz del principio de justicia redistributiva que orienta al Universalismo Básico y lo contrasta con los servicios sociales necesarios para la construcción de políticas sociales de última generación como son las políticas de cuidados. Se llega a la conclusión que las políticas de transferencias condicionadas tienen un impacto positivo sobre la reducción de la pobreza y la mejora en la distribución del ingreso y que las jubilaciones y pensiones tienen un papel relevante en la disminución de la pobreza pero muy limitado en la distribución del ingreso. Sin embargo, las transferencias monetarias son suficientes para el acceso vía mercado de servicios para una creciente población envejecida y dependiente, ni los cuidados de los niños para los cuales la educación preescolar (de 0 a 4) no es obligatoria. Por ese motivo el desarrollo de los sistemas de cuidados para niños y niñas de 0 a 4 (dada la evidencia de las neurociencias) tendría mayor impacto que las transferencias en la igualación de las condiciones de los sectores más pobres. Los servicios de cuidados para adultos mayores en situación de dependencia tendrían un impacto mayor en la calidad de vida de esta población. Ambos tipos de servicios deberían proveerse en forma progresiva asegurando calidad homogénea y con un modelo de financiamiento progresivo y esencialmente público. La creación de servicios de este tipo generaría más puestos de trabajo, aumentaría la productividad y la base impositiva sobre la cual se podría seguir avanzando en la creación de servicios.