Estructura institucional venezolana: de una ética pública en perpetua crisis a una urgente reforma. Nueva ética socialista
Abstract
La corrupción desde su lugar de vicio arraigado sólidamente a lo que se ha denominada sub cultura venezolana parece incompatible. Desde su origen, la corrupción sumada a otros vicios como el soborno, el amiguismo, la malversación, entre otros, está rodeada de las condiciones perfectas para que no solo perdure sino que prolifere. Decimos que la corrupción desde su origen tiene las condiciones ideales para su éxito, ya que genera en la sociedad apatía y desinterés político, sobre todo porque la participación democrática en América Latina prácticamente se reduce a la emisión de un voto cada cierto tiempo y debido a que los ciudadanos desconfían de los procesos electorales los mismos deciden no participar en estos. Al existir la despolitización de la sociedad se origina la crisis en la democracia, y del sistema político en general, creando las condiciones ideales para el surgimiento de la corrupción, originando un círculo vicioso donde la causa y el problema se funden un solo casi inseparable. Frente a esta situación resulta imperante la politización de la sociedad y la civilización de la política. El problema de la falta de virtud cívica en nuestras sociedades surge desde los inicios de los Estados latinoamericanos, ya que los mismos surgieron a raíz del esfuerzo de un puñado de intelectuales y no de una masa de ciudadanos conscientes de sus deberes y derechos con el Estado, como sí ocurrió en el caso francés. La necesidad de arraigar esta conciencia cívica o virtud cívica, se une a la necesidad de cultivar otras virtudes como la solidaridad, la responsabilidad civil y el trabajo justo. Estas son, precisamente las propuestas o ideales de la Nueva Ética Socialista, ética propuesta en el Plan Venezolano de gobierno para el 2007-2013. Sí el adjetivo socialista resultare ofensivo para algunos, vale la pena recordar que el fin último de la ética socialista es lograr la mayor suma de felicidad posible; fin que se corresponde casi con total cabalidad con el fin de la ética (sin adjetivos) que planteó Aristóteles en su obra La Ética Nicomaquea hacia el siglo IV A.C. El ideal propuesto por la Nueva Ética Socialista encuentra su realización en la realidad venezolana a través de la creación de un cuarto poder público; el Poder Ciudadano, inspirado en las ideas visionarias de Simón Bolívar, expuestas en el Congreso de Angostura en 1819 bajo el nombre de Poder Moral y cuyo fin era la educación física y ética de los niños con el fin de formarlo como ciudadanos. Debido a que es necesaria una fuerza que obligue a las personas a dirigirse éticamente, en Venezuela, se han aprobado dos leyes de gran importancia; El Código de Ética del Funcionario Público y la Ley Contra la Corrupción. Sin embargo estas medidas aún no han arrojado los efectos por las cuales fueron creadas pues Venezuela continua siendo uno de los países con menor transparencia pública del mundo. Hoy más que nunca debemos promover y velar por el cumplimiento de principios como los propuestos en el informe Nolan en nuestro país.