El valor de la educación ciudadana y cívica en la conformación del buen gobierno en Iberoamérica
Abstract
Esta ponencia desde el valor de la educación y de la cultura política, analiza la cuestión de la formación ciudadana para intervenir de manera activa en la orientación y toma de decisiones del buen gobierno. Revisando la complejidad de la formación política, de la gestión de la defensa y promoción de los derechos humanos, desde el estado y de la sociedad, se introducen los valores, las ideas y los conocimientos que deben orientar la gestión empresarial y pública y la participación ciudadana, en términos de cooperación cívica con ventajas mutuas. Se priorizan los elementos que deben acompañar la enseñanza, la investigación y las interacciones comunidad-gobierno, sociedad civil organizada-estado, y las ópticas del desarrollo del capital social y del uso adecuado de los recursos naturales, humanos, financieros y de tecnología administrativa y gerencial. Con base en los postulados del conflicto constructivo de Mary Parket Follet, la ética y la economía de Amartya Sen y los predicados clásicos de la ilustración, se formulan hipótesis y respuestas a preguntas densas y de tópico generador en el ámbito de la cultura, la educación y la ética pública, como triada definidora del comportamiento virtuoso que debe existir entre el buen gobierno, las políticas públicas y la elegibilidad social de modelos que integren los intereses societales y de preservación y mantenimiento de la naturaleza como sustrato de sobrevivencia humana. Se destaca el papel de la universidad, de las escuelas de educación en asuntos públicos, igualmente la investigación y difusión de metodologías de capacitación y formación ciudadana y comunitaria. La función de la gerencia y la gestión empresarial y pública son esencia irreemplazable, en lo que denominamos una forma innovadora de introducir la gestión del buen gobierno en los conceptos de productividad y competitividad gubernamental, en servicios esenciales para la sociedad. La bioética fundamenta comportamientos tanto en la sociedad como del gobierno, para propiciar así una conciencia ecológica y de desarrollo sostenible, con todo el énfasis de los modelos de gestión que deben acomodarse a los propósitos de relaciones armónicas en el eje de los derechos humanos como base fundacional de las relaciones ciudadanía-estado-buen gobierno.