El Fondo Permanente de Capacitación como experiencia política
Abstract
El Fondo Permanente de Capacitación y Recalificación Laboral es el producto de un consenso que pone un antes y un después en la historia de la Administración Pública Nacional. Constituyéndose así en un efecto concreto de un proceso de transformación expresado, como debe ser siempre, por la Política. Antes de entrar de lleno en contar la experiencia paritaria hasta la fecha en la Comisión Administradora del Fondo de Capacitación, haciendo una síntesis normativa y reflexiones sobre la misma, creo interesante considerar algunos puntos de vista conceptuales para pensar al Fondo como Hecho político, teniendo en cuenta siempre que la realización o ejecución está por sobre la concepción, pero que ante lo dinámico de lo político es necesario esa toma de distancia del concepto para perfeccionar lo estratégico y afirmar ese "desde donde" se actúa. El consenso no deja de ser un grado de intensidad de lo esencial de la política, esa tensión permanente de las diferencias. La relación amigo-enemigo no invalida la posibilidad de consensos, en definitiva estos demuestran una articulación de diferencias que posibilitan una superación. El Estado es la organización política de un pueblo, es el modo de estar de un pueblo. Un modo de estar que expresa nada mas ni nada menos que la reconciliación de la voluntad racional en su plenitud con lo universal. La reconciliación de la libertad individual, de los intereses individuales, del bienestar particular, es decir la plena realización de la subjetividad individual en un plano mayor que es lo universal expresado en el bien común. Por eso, el Estado es la realidad de la idea ética. Si el Estado se limita solo a cumplir funciones de mantener el orden o satisfacer necesidades individuales coadyuvando a la realización de fines privados, solo quedará en el estadio de Sociedad Civil. Cuanto mayor sea la articulación de diferencias en el proceso de organización de un pueblo, mayor será el salto cualitativo reflejado en el aparato estatal. Articular diferencias no es negarlas ni simplemente superarlas. Esa tensión permanente hacia el interior de la burocracia estatal, también manifiesta las distancias entre la tarea central del Gobierno como es la de concebir los grandes problemas, las ideas, las políticas generales y la ejecución de esas ideas, la concreción de las soluciones. Por eso, la formación de cuadros estatales debe ser encarada desde la visión de lo político, dándole a cada sujeto estatal poder a sus iniciativas, que sepan afrontar la responsabilidad del acto público. No hay que olvidar que los cuadros estatales o servidores públicos tienen como tarea los intereses universales de la comunidad. Asimismo, la comprensión práctica de la estructura estatal por cada uno de sus miembros apunta a fortalecer la pertenencia a la organización. Hacia esa dirección debe apuntar la formación de los cuadros estatales. Agregando que el Estado como estructura es una FORMA de organización que obedece a FINES estratégicos, que se van modificando según las circunstancias, y que pueden resumirse en una permanente construcción de poder. Los miembros de la organización en tanto individualidades, son la MATERIA de la estructura, que en el desarrollo de sus potencialidades, funciones y roles adquieren la figura de CAUSA EFICIENTE de la estructura. La formación de cuadros estatales debe propender a poner en acto esas potencialidades para que ellos sean los gestores auténticos de ese fin último de la política ejecutado por el aparato estatal, es decir, el bien común.