La capacitación como articuladora de una nueva relación Estado-sindicatos
Abstract
En las últimas décadas el impacto de las nuevas tecnologías, los cambios en la producción y la globalización en todos sus aspectos, provocaron fuertes modificaciones en los modos de vida y en la organización social. Las vertiginosas transformaciones contraen la premura de encontrar soluciones a las necesidades emergentes y adaptarse a las múltiples complejidades que la nueva coyuntura nos ofrece. En el caso de Argentina existiendo aún grandes desigualdades, en estos tiempos nuestro país ha consolidado un Estado democrático así como el reconocimiento de los derechos políticos y sociales que permiten recomponer el tejido social. Todo proceso democrático plantea la necesidad de intervención en la formación que contemple el desarrollo de la persona y la promoción de actitudes de cooperación y diálogo. En el 2006 se firmó el II Convenio Colectivo de Trabajo de la Administración Pública, que permitió regularizar la situación de miles trabajadores para cumplir plenamente con La Ley de Empleo Público. El mismo aborda los derechos de tercera generación como es el principio de igualdad de oportunidades con énfasis en el rol de la mujer trabajadora, de los agentes con discapacidad y la eliminación de la violencia laboral. En este marco se le da impulso el Fondo Permanente de Capacitación y Recalificación Laboral, para poder contar con recursos humanos calificados y capacitados para desarrollar sus tareas, como para fomentar actividades innovadoras relacionadas a la incorporación de nuevas tecnologías. En el II Convenio se crea la Comisión de Administración. La misma está integrada por el Estado Empleador y por las Organizaciones Sindicales y tiene como algunas de sus funciones: "contribuir con la identificación de las necesidades y demandas de formación y capacitación del personal"; "promover y apoyar a la elaboración, ejecución y/o evaluación de programas de capacitación que desarrollen o fortalezcan competencias laborales requeridas para el desempeño efectivo de distintos puestos de trabajo y facilitar la movilidad funcional de los agentes y su correspondiente profesionalización"; "dictar las regulaciones para la asignación de los recursos a las actividades de capacitación que se aprueben" El rol que juega el Estado tiene que ser activo para que permita a los trabajadores y a las organizaciones actuar libremente creando marco jurídico e institucional. El diálogo social es una herramienta posible gracias a la existencia de organizaciones de trabajadores y de empleados que puedan tener acceso a la información. También es imprescindible la voluntad política de las diferentes partes involucradas. En la actualidad nadie duda que la formación sea uno de los pilares de la Administración Pública. En primer lugar porque desde la misma se dan los procesos de cambio. La capacitación sirve como instrumento para incursionar en la cultura de la organización y transmitir los valores y las metas que se quieren alcanzar; y en segundo lugar porque le brinda una nuevo rol de trabajo al empleado público siendo partícipe.