Formación y carrera profesional: gestión del capital humano en la administración general del Estado
Abstract
La Función Pública española ha sufrido importantes modificaciones, algunas de ellas derivadas de los cambios sociales y del entorno, y otras, de demandas directas de los ciudadanos. Las organizaciones públicas no podemos permanecer ajenas a los imperativos de este cambio de paradigma. No se puede olvidar que el fundamento de la legitimidad de las Administraciones Públicas, como aparato al servicio del Estado radica en su capacidad para hacer frente a las demandas que la sociedad le plantea. De ahí, la imposición del nuevo planteamiento en la visión tradicional de la planificación y la gestión de los recursos humanos y la gestión de la formación como herramienta fundamental para la obtención de los objetivos propuestos en el ámbito de la Administración General del Estado, sin perder de vista el camino que abre el nuevo marco normativo de la Ley 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público como culminación al proceso de reforma de las Administraciones Públicas iniciado en España desde hace más de 20 años. En la ponencia se ha contemplado la evolución de la gestión de recursos humanos, dado que se ha convertido en un valor fundamental en la organización pública. La exégesis que acompaña el cambio de denominación desde la trasnochada gestión de "personal" que situaba en la periferia de las organizaciones a esta competencia, ha dado paso a una nueva gestión de los recursos humanos llamados "gestión del capital humano" situada en el centro neurálgico sobre el que pivota el desarrollo de las organizaciones y que contribuye a fijar la idea de valor añadido. La Administración española es consciente, de que para alcanzar los nuevos retos de la sociedad actual, es necesario estimular a los empleados públicos para el cumplimiento eficiente y eficaz de sus funciones y responsabilidades, siendo preciso para ello, brindarles suficientes oportunidades de promoción profesional y facilitarles la formación adecuada para el desempeño de sus funciones. Por ello, la formación continua juega un importante papel, dado que se centra en el desarrollo personal y profesional, con la finalidad de integrar y motivar a la persona en el desempeño de su trabajo. De este modo, se pone de manifiesto que la formación sigue una trayectoria no solo de consenso, sino además de reflexión, por tanto, deja de ser un conjunto de acciones puntuales para convertirse en actuaciones planificadas estratégicamente. El objetivo de estas acciones formativas es dar cobertura al nuevo entorno laboral, la irrupción de las nuevas tecnologías, las nuevas formas de comunicación y todo aquello que conforma las preocupaciones más importantes de la sociedad actual. Como colofón, insistir que como ha quedado expuesto a lo largo de esta ponencia, complementada con las diferentes visiones de los otros tres ponentes del panel, el camino hasta ahora recorrido, ha sido muy positivo pero queda, no obstante, una ardua tarea que realizar cara al futuro, para evitar que los objetivos logrados queden desvirtuados por la nueva realidad, y la formación es vital para ello.