Una visión estratégica: la negociación colectiva en el sector público
Abstract
A través de distintos expositores, la organización a la que pertenezco ha venido trayendo a los distintos Congresos del Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo (Clad), opiniones, reflexiones y propuestas nacidas de la experiencia práctica en la Negociación Colectiva. Además de un tema legal, la Negociación Colectiva, es un hecho cultural, y como tal vivo y cambiante, que recepta de manera inmediata, los humores y tendencia de la comunidad que vive esa cultura, llevando en su interior las mismas contradicciones y procesándolas dialécticamente, en un proceso no siempre unidireccional, con avances y retrocesos, cambios de rumbos, temas centrales de bordes difusos, los cuales indican más tendencias que ideas en sí mismas. En este sentido algunos paradigmas son propios de fenómenos políticos ajenos a la Negociación Colectiva en si misma y ésta en sus orígenes tenía una justificación ideológica que la vinculaba mucho más al derecho laboral y su valor, como herramienta de canalización del conflicto empleador-empleado, que de la construcción de un modelo de empleo público. Lo cierto es que los trabajadores públicos iniciaron una larga marcha, iniciándola como receptores pasivos de derechos, deberes y obligaciones, para pasar a ser actores principales no sólo en la fijación de las condiciones de empleo, sino en la discusión del modelo de Estado, el cual se consolida en la intensa y decisiva participación de las organizaciones sindícales en la elaboración y sanción de las leyes de Negociación Colectiva 24.185 en 1992 y Marco del Empleo Público, 25.164, en 1999. La firma a fines de la década del siglo XX, del primer Convenio Colectivo de Trabajo reafirma no sólo el crecimiento de los trabajadores, sino su rol central en la construcción de un Estado Moderno, eficaz, eficiente, honesto. No existe Estado Moderno, sin democratización de la relación laboral y ésta es imposible sin la participación activa e institucional de los propios trabajadores. Es allí, precisamente, donde nace la alianza estratégica. Y lo hace desde la convicción de que no se pueden desarrollar mejores políticas públicas, mayor calidad institucional, mejor Estado, sin la participación de los trabajadores y el reconocimiento que las organizaciones sindicales y que juntos pueden hacer un aporte decisivo. La Negociación Colectiva se constituye así en una herramienta invalorable y una conquista, no sólo de los trabajadores sino del Estado, este hecho ha sido la clave que permitió más allá de avances (los más) y retrocesos (los menos) darle una continuidad a un modelo generado sobre la base del debate y consenso. Es un camino más arduo, pero mucho más perdurable que los originados en "actos del príncipe" Para llevar adelante el mismo se requieren funcionarios públicos que perciban ser servidores públicos y no "propietarios" de un espacio, y por otra parte organizaciones sindicales que asuman el compromiso y obligación, de que su misión está con la Nación y sus habitantes. Trabajadores dignificados, con derechos plenos en el total ejercicio de Estados competentes.