Mérito, flexibilidad y competencias estatales: el caso del Cuerpo de Administradores Gubernamentales de Argentina
Abstract
Los acuerdos de los gobiernos iberoamericanos en el seno del CLAD suponen el mérito derivado del acceso competitivo al empleo, la evaluación de los desempeños para la promoción en la carrera y la flexibilidad funcional para generar las sinergias públicas más eficaces. La interdependencia circular entre la calidad de las burocracias y las capacidades estatales no sería tan crucial si de ella no dependiera encaminar el desarrollo armónico latinoamericano. No obstante los acuerdos firmados en las sucesivas Cartas Iberoamericanas de la década ninguno de los países de la región ha conformado burocracias verdaderas. Sin embargo algunos de ellos se destacan; es el caso de Brasil, Chile y Costa Rica; otros aunque tengan un rendimiento menor en las mediciones han logrado formado núcleos o cuerpos profesionales que se regulan con las pautas de la administración profesional y son una oportunidad para transfundir sus valores a las otras áreas de su Administración. El camino para generalizar buenos servicios civiles no es necesariamente lineal ni gradual, pero requiere un cambio cognitivo que permita desbaratar las resistencias a cambiar. El servicio civil competente, receptivo y relacional desarrolla vínculos cooperativos mediante la gestión de redes y de alianzas. Una burocracia articulada es el sustrato fértil para nuevas alquimias: distribuir liderazgos, construir consensos, diálogos intersectoriales, trabajo en red y participación ciudadana. La perspectiva de que nuestros países activen su potencial es alentadora porque las buenas experiencias, aunque aisladas, ino dejan dudas de sus impactos en la calidad de la gestión. En este sentido el Cuerpo de Administradores Gubernamentales conserva en su ADN el principio de igualdad para el acceso a través de concursos abiertos y transparentes al escrutinio público, y una formación permanente para su aplicación a programas del Estado en las últimas dos décadas. La versatilidad para trascender las rigideces y asegurar resultados se amplía en los tiempos de gobernanza que reclaman visión sistémica, pensamiento lógico, aprendizaje autónomo, resolución de problemas, creatividad, habilidad para el trabajo en red e integrar los valores a los conocimientos. La cuestión del mérito es previa y no puede ser negada. No es creíble programar la modernización sobre la base de criterios opacos para el reclutamiento sin más razón que la opinión discrecional de un decisor, porque los presupuestos aplicados no son privados; son públicos y generan derechos ciudadanos a los buenos servicios y a la rendición de cuentas. Celebrar acuerdos interpartidarios para el largo plazo y sostener las reformas con sujeción estricta a la ley es un auspicioso comienzo para desbaratar el síndrome de la rana hervida, que nos atrapa circularmente en oleadas modernizadoras con una lógica que finalmente reproduce las causas de la anomia, las distorsiones y la desigualdad que se suponía desterrar. Es preciso saltar ya.