Un Código de Etica para el Funcionario Público como instrumento útil para la reforma del Estado y de la administración pública
Abstract
Un Código de Etica sirve a la Reforma del Estado y de la Administración Pública en la medida en que establece para ella una dimensión y un significado más profundos. La reforma del sector público implica un sentido, una dirección, un proyecto de buen gobernar, de buen servir, de bien estimar y valorar la función pública. Sin ésto toda reforma pecará de organizacionismo, de reingenierismo, de productivismo, y será enormemente deficiente con respecto al compromiso efectivo y culturalmente profundo del funcionariado. Esa es la asignatura pendiente de las políticas de reforma de Estado que se han emprendido hasta ahora. Se han concentrado en lo objetivo y han descuidado las dimensiones subjetivas y simbólicas, la cuestión crucial del sentido y valor de lo que se emprende. El Código de Etica para el funcionario público pretende ser una contribución que disminuya tal carencia. Se orienta a inspirar y fundamentar una ética práctica, no moralista ni ideologista, de lo público. Se construye sobre 5 principios (servir al ciudadano y al Estado; conciencia de responsabilidad; acción desde lo legal; apuesta por la transparencia y respeto al derecho de la información pública). Estos principios se desarrollan en 10 normas (donde resaltan las atinentes a institucionalidad, sentido de servicio, buen hacer, no violentar el interés público y mejorar constantemente las actuaciones). Con este Código de Etica y con su cumplimiento se quiere trabajar para que el Estado cuente con un funcionariado competente y con espíritu de sentido en la realización de sus tareas.