Precisiones sobre la sociedad del conocimiento y la reforma del Estado
Abstract
La reforma del Estado es un tema central en todos los países del planeta. Una situación única, que se da por primera vez en la historia humana de manera absoluta, a la que no escapa ningún Estado, socialista o capitalista, desarrollado o subdesarrollado. El momento actual es de tránsito histórico. En él los cambios ocurren a velocidades vertiginosas y sobresalen la confusión conceptual, incertidumbre, y la inseguridad en los sectores sociales. El conjunto de medidas aplicado no ha mejorado ni modificado la situación de los países. Estos fracasos, en períodos sucesivos, reflejan el de las concepciones que les sirven de fundamento. Los países se ven obligados a preguntarse: ¿Por qué las medidas de reforma no producen los efectos esperados? ¿Por qué la madeja de las tramas sociales y políticas se enreda y la mudanza de situaciones transcurre con mayor celeridad? La explicación más plausible es la que toma en cuenta la acción conjunta de la globalización, la revolución tecnológica y la sociedad del conocimiento. A las que habría que añadir los efectos aceleradores de la revolución científica. El resultado final de estas interacciones es la generación de revoluciones simultáneas, entrelazadas entre sí, en lo económico, social, político, organizacional, cultural y gerencial, de magnitudes, globalidad y profundidad desconocidas. Los cambios más profundos se están produciendo en los procesos y relaciones productivas. Los que, a su vez, están influyendo en los modos en que se organizan y funcionan los sistemas productivos, los sistemas económicos y sociales, las instituciones y las sociedades: Las máquinas y los procesos de producción están siendo automatizados y robotizados, los cuales podrían ser impulsados por la computación cuántica, molecular o fotónica; por la nanotecnología, y por la integración de diversas disciplinas científicas y tecnológicas. Ahora es posible que productos e, increíblemente, los servicios sean producidos por medio de una cadena productiva y/o cadenas de suministros que trascienden las fronteras de fábricas y países. Está emergiendo un nuevo orden, en cuyo centro se erige el conocimiento como factor económico y organizativo clave, que obliga a poner énfasis en los modelos de negocios o servicios, en los modos de producción y organización, en las formas que deben adoptar el Estado y las sociedades, y en las potenciales de integración de cada uno y entre sí. Las organizaciones están compelidas a adaptarse continuamente, estructurarse en forma flexible y a responder con agilidad a los desafíos del medio externo. La forma de hacerlo es innovar permanentemente, la consigna es "innovar o morir". La conjunción de los cambios está repercutiendo con fuerzas inusitadas en todos los ámbitos de la realidad, en cada uno y en el conjunto de los países, afectando las dimensiones económicas, sociales, políticas, institucionales, culturales. En el presente período de transición y en la sociedad que surja de él, se demandan doctrinas, pensamientos, métodos de trabajo y modelos de dirección y gestión nuevos. Se requieren pensamientos creativos y estratégico, con los que se puedan formular estrategias eficaces y configurar las nuevas instituciones tomando como materia prima las realidades de sus propios países, regiones, y de su propias culturas. Igualmente requieren liderazgos nacionales, regionales y mundiales capaces de entender estas realidades y revoluciones, para que puedan asumir la tarea de encabezar movimientos constructores de una nueva sociedad y un nuevo Estado.