Transformaciones en el proceso democratizador: de la gestión pública hacia la gestión estratégica
Abstract
El siglo veintiuno se ha inaugurado con grandes cambios en las estructuras políticas, sociales y económicas, lo que ha llevado a la redefinición de lo estatal, en torno a dos aspectos relevantes: la globalización y la democratización de los espacios nacionales. En este marco, el estado se encuentra caracterizado por la heterogeneidad y el inmovilismo estatal, en el cual parece no encontrarse soluciones y se cuestiona su legitimidad, por lo que el estado ha quedado envuelto entre las transformaciones y la emergencia de un nuevo tiempo que obliga a una nueva conducta gubernamental marcada por la vía de la modernización, la que se traduce en la Reforma del Estado, enfocada a lograr la intervención en el espacio público comprendida como un acercamiento al mercado en la organización de la producción, el consumo y la distribución. Las conversiones del estado nacional tendrán necesariamente que seguir enfocándose hacia su rediseño, en el que la esencia se encuentre en la participación ciudadana y el logro de consensos, en la medida de lo posible, en el que los intereses de lo público y lo privado converjan en beneficios comunes, en el que el estado recobre su legitimidad dada en una visión constituida en los procesos de la sociedad como un todo, orientada a la comprensión mutua de los miembros de la misma. La relación del estado y el ciudadano tendrá que redefinirse a partir de la creación de valores generadores de mayores niveles de equidad y en un sentido de Rawls de justicia y por tanto de libertad, indispensables para generar una nueva conciencia en ciudadano. Dado lo anterior, la idea de la democracia tendrá que ser discutida y no podría mantenerse de manera agregacionista, lo que significa que no puede centrarse únicamente en el voto ciudadano y en la agregación de preferencias e intereses que terminen confundiendo el espacio de lo público en las decisiones de la mayoría. Al respecto el paradigma de la democracia puede entenderse en la idea de la deliberación, la cual nace en origen de la vida política (social), no así de la individualidad, entendida como lo que puede transformar públicamente las diferencias para llegar a una voluntad común. La democratización de cada nación en América Latina, ha sido una tarea por demás compleja; es evidente que las reformas hechas al Estado han dado lugar a que las administraciones públicas experimenten diversas modificaciones, que se han vertido en la gestión pública, lo que implica asumir una serie de principios que definen una nueva forma de pensar la gestión gubernamental y la incorporación de nuevas pautas de desempeño institucional. Las transformaciones de la Administración Pública, han dado lugar dentro de la Reforma del Estado a una nueva gestión pública, la cual necesariamente debe responder a los grandes retos que debe asumir el Estado hoy en día como: la consolidación de la democracia, el desarrollo económico y social, así como atacar la desigualdad y polarización social. En este sentido, la nueva gestión pública debe comprenderse como una gestión estratégica e innovadora que sea capaz de general cambios sustanciales en la cultura y valores del servidor y autoridades públicas, con el fin de comprender que la legitimidad de la acción burocrática se encuentra en la capacidad de respuesta de la organización y en el accionar cotidiano que la organización pública hace frente a su sociedad.