Pobreza, desigualdad y calidad de la democracia
Abstract
Tradicionalmente en América Latina se ha considerado una polaridad la preocupación por la reducción de la pobreza y la preocupación por la democracia. Sólo recientemente se está comenzando a ver como una complementariedad y no como una disyuntiva. Ya se sabe que la pobreza y la desigualdad son factores de desestabilización de la democracia. Y también se sabe que la democracia es un bien público fundamental, sin el cual no hay desarrollo humano. Sin embargo, esta perspectiva equilibrada no parece predominar aún en la región. Después de la propuesta neoliberal de democracia electoral de baja intensidad, tratando de desconectarla de los niveles de pobreza y desigualdad, ha resurgido en América Latina la vieja idea de que la democracia es una nota bene en el contexto de la lucha contra la pobreza. Esta ponencia trata de mostrar la relación, muchas veces empíricamente no demostrable entre a) lucha contra la pobreza y la desigualdad y b) calidad de la ciudadanía y de la democracia. Y lo hace no siguiendo la visión tradicional de que el desencanto de la democracia en América Latina refiere a sus bajos dividendos socioeconómicos durante los años noventa, sino refiriéndolo directamente a la actitud política de la población respecto de sus presencias por la democracia. En ese contexto, es que se discute el vínculo entre baja calidad de la ciudadanía y amplia extensión de la pobreza. Preguntas como: ¿Cuánta pobreza puede soportar una democracia? y ¿Cuánta presión social puede aguantar una democracia para resolver de inmediato la pobreza? refieren a un debate todavía inconcluso en América Latina, acerca de la necesidad de lograr transformaciones sustantivas en las condiciones de pobreza y desigualdad, como parte de un proceso de creación de ciudadanía sustantiva. En este cuadro se describe el esfuerzo de Costa Rica por impulsar programas de lucha contra la pobreza y aumento del nivel educativo de la población pobre.