Gestión de involucrados: una competencia esencial para los directivos públicos
Abstract
La profesionalización de la función directiva en México enfrenta un serio reto de implementación. El servicio profesional de carrera es una de las iniciativas más importantes para la modernización del sector público mexicano en los últimos años, pero sus propios méritos no le aseguran una implementación exitosa. Esta situación no es nueva ni privativa del proyecto de profesionalización del funcionario público en México. La experiencia reciente de fracasos de múltiples proyectos públicos en todo el mundo ponen de manifiesto los peligros de la implementación. El porcentaje de programas y proyectos públicos que tienen problemas de implementación es inaceptablemente alto a pesar de que los proyectos y programas sean de gran valor. Se suele pensar que los proyectos públicos se pueden imponer a la sociedad, o también que si están correctamente diseñados y están orientados al bien público, no tendrán ningún problema para implantarse con éxito. La evidencia señala lo contrario porque un gran número de proyectos nunca llegan a realizarse. Existen proyectos que ni siquiera llegan a iniciarse, otros que se detienen o cancelan a la mitad y otros que aparentemente han llegado al final, pero con escaso impacto y con pobres resultados porque no se ha profundizado ni aterrizado cabalmente su implementación. La evidencia empírica acumulada con años de observación apunta hacia la "Gestión de Involucrados" como una de las herramienta más valiosas para los directivos públicos. Una adecuada gestión de involucrados permitirá que la probabilidad de una implementación exitosa aumente sustancialmente. ¿Podría ser recomendable utilizar una adecuada gestión de involucrados ante la perspectiva implantación del servicio profesional de carrera en México a finales de 2007? Para efectos del planteamiento principal de este documento que analiza la perspectiva de la profesionalización en México resulta altamente recomendable en este momento realizar de una manera rigurosa y sistemática una gestión de involucrados a un proceso que si bien lleva un avance considerable enfrenta obstáculos que en ocasiones parecen insalvables. La recomendación general para todo directivo público es que nunca se lance a realizar un proyecto, anunciar un programa, o iniciar una nueva política, sin hacer una gestión de involucrados siguiendo cuidadosamente los pasos y etapas descritos quien no debe olvidar que todo proyecto, por bueno y deseable que parezca, tiene probabilidades de fracasar en su implementación y que la herramienta más efectiva para aumentar la factibilidad de todo proyecto es una adecuada gestión de involucrados.