Nuevos esquemas de regulación estatal de lo ambiental en México
Abstract
Se reseña la evolución de las políticas regulatorias de lo ambiental en México, destacando el surgimiento de nuevas formas de definir y gestionar la materia. Se señalan las incompatibilidades existentes entre la definición estatal de lo ambiental y la orientación de las políticas públicas correspondientes, y se discuten los alcances y las limitaciones de los dos esquemas de política ambiental. La evolución de la definición y la gestión gubernamentales de lo ambiental puede estudiarse en tres etapas sucesivas. En la primera, que va desde 1971 a 1982 predomina una perspectiva sanitaria en la que corresponde a la Secretaría de Salud la gestión de lo ambiental. En la segunda etapa, que va desde 1982 a 1992 domina una visión predominantemente ambientalista, estático-idílica de lo ambiental, encargándose la gestión a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología. Cada una de estas etapas representa un avance en la teoría y en la práctica. Desde los últimos años de la administración salinista se registraron diversas transformaciones que apuntan a una nueva forma de definir y gestionar lo ambiental, en la que se perciben dos hilos conductores: el análisis de la visión estatal de la política ambiental y la reflexión en torno a las posibilidades y limitaciones de esta visión y de los esquemas correspondientes, para el logro de una política nacional. La elección de los medios más adecuados para la prosecución de los objetivos ambientales tiene distintas implicaciones dentro de los distintos esquemas predominantes de la política ambiental. El examen de la definición y esquemas estatales de gestión de lo ambiental permiten corroborar que no obstante sustentarse en una teoría, ésta no es ni coherente ni acabada. En la definición y esquemas estatales cristalizan diferentes visiones, cuya mezcolanza da la pauta para comprobar no la racionalidad de la política, sino la compleja coexistencia de visiones, fines e intereses, determinantes de algunos de los límites de esa racionalidad. Al igual que muchos fenómenos sociales, la definición estatal y los esquemas de gestión de lo ambiental son complejos procesos sujetos a cambios, algunos de los cuales implican la aparición de estructuras distintas. En consecuencia, no es conveniente abordarlos como datos constantes, sino como procesos que combinan continuidades y rupturas, lo que queda marcado por el paso de una visión estático-idílica a una estático-neoclásica de lo ambiental. A pesar de que los artífices de las definiciones y los esquemas estatales han avanzado en sus esfuerzos de sistematización de los componentes de lo ambiental, introduciendo por ejemplo elementos para la comprensión de sus determinantes sociales, siguen atrapados en nociones estáticas y ambiguas como son las consideraciones sobre equilibrio y sustentabilidad. Esta situación atenta contra la posibilidad de elegir los instrumentos adecuados para la solución de los problemas de contaminación y deterioro, al igual que contra la racionalidad de la política ambiental. C.S.