Globalización y administración pública
Abstract
La globalización puede ser definida como un proceso a través del cual el intercambio dinámico de bienes y servicios, el flujo de capitales y la tecnología acentúan la interdependencia entre los mercados de los diferentes países. Los factores explicativos de este fenómeno son de diverso orden. Podemos destacar en particular: (i) el dinamismo en el intercambio de bienes y servicios; (ii) la liberalización del mercado de capitales; (iii) la evolución de las redes de comunicación e información. La globalización no es un fenómeno reciente, ya que sobretodo constituye la continuación de desarrollos económicos, cuyos orígenes se pueden encontrar en siglos precedentes. Así el primer sistema internacional fue establecido primero bajo el liderazgo de España y Portugal y posteriormente del Reino Unido, Francia y los Países Bajos. Sin embargo, las bases para el proceso de globalización fueron establecidas en el siglo XIX en la medida que el sistema de intercambio competitivo al nivel nacional permitía el desarrollo del derecho internacional y de las agencias internacionales, de las redes globales de comunicación, y de la adopción de nociones similares sobre la ciudadanía y los derechos humanos. Después de la segunda guerra mundial, paralelamente al progreso de la ciencia y la tecnología así como al establecimiento de organismos regionales e internacionales, las relaciones entre los países han experimentado importantes transformaciones permitiendo ver los asuntos internacionales bajo un prisma diferente. La globalización encuentra su expresión y su apoyo en los mercados financieros y en las redes de comunicaciones. Al mismo tiempo, esto está lejos de tener un efecto directo y único a escala internacional, impactando también las estructuras institucionales al nivel nacional, tales como la administración pública. Así, actualmente los administradores públicos deben no solamente tener en cuenta los problemas que plantea la situación de un país, sino que además deben tomar conciencia e incluir en su esquema de acción las variables que reflejan la globalización, tales como las ventajas competitivas de las naciones vis-à-vis los otros países y la competencia global. En este proceso de aprendizaje los centros de investigación y las universidades pueden jugar un papel importante a través de la difusión del conocimiento que constituye un determinante esencial del crecimiento económico. El proceso de globalización tiene una serie de consecuencias para la Administración Pública entre las que podemos mencionar las siguientes: El papel desempeñado por el gobierno en la asignación de recursos y en la distribución de la riqueza y en general la existencia del "Estado del Bienestar" se ve amenazado por el desarrollo del proceso de globalización. Esto es especialmente cierto en los países en desarrollo. Ya que en los países desarrollados en especial en Europa, existe consenso en la necesidad de preservar el "estado del bienestar". Los procesos de globalización han tenido un impacto en la administración pública, la que se ha visto obligada a hacer más con menos recursos, lo que no siempre significa un aumento de la eficiencia, sino que en muchos casos, el gobierno se ve obligado a reducir los servicios que presta a los ciudadanos. Una de las maneras de hacer frente a los desafíos de la globalización, es el establecimiento de una administración profesional, como ocurre en la mayoría de los países desarrollados. Lamentablemente en América Latina, a pesar de los esfuerzos que se han realizado desde los años 50 en adelante hemos sido incapaces de establecer un sistema de carrera. La globalización amenaza la participación ciudadana en los niveles locales y regionales. Aspecto de especial importancia en América Latina, para hacer frente a la excesiva centralización del proceso decisorio. Finalmente los aspectos negativos de la globalización para el desarrollo de "lo público", pueden revertirse en parte, mediante una mayor integración de los estudios de administración pública desde una perspectiva internacional.