Los nuevos procesos de la globalización y la reforma del Estado-nación
Abstract
Una comunidad internacional que entre al Siglo XXI con nuevas formas de cooperación supranacional para elevar el nivel de vida y bienestar de los pueblos, no puede prescindir del papel fundamental de los Estados-Nación. Es una obligación esencial del Estado prever las tendencias desintegradoras y corregir el riesgo desestabilizador que los procesos de globalización pudieran estar incubando. El debilitamiento del Estado no crea mercados libres, sino concentraciones monopólicas y antieconómicas. Uno de los grandes temas en la agenda política internacional de este momento, es crear la nueva institucionalidad que garantice una vigencia efectiva de las libertades de mercado y propiciando el dilatamiento de los gobiernos nacionales. Una mejor gobernabilidad sólo podrá darse con la participación de gobiernos democráticos que hayan logrado incorporarse al cambio tecnológico y hagan suyas las transformaciones que la sociedad y el mercado vienen impulsando. Para asegurar la estabilidad política internacional se requieren gobiernos mejor dotados con los recursos de una administración pública de alta eficiencia, y para ello es importante la agenda que se proponga como tarea básica de este Congreso. Sin embargo, es útil recordar a aquellos que piensan en la posibilidad de prescindir del futuro de las funciones tradicionales de los gobiernos nacionales, que todos los teóricos de los modelos de integración supranacional han llegado, precisamente a la conclusión de que es necesario enfatizar la infraestructura institucional para entrar a las fases superiores de integración de mercados.