La incorporación de la administración pública a la sociedad de la información
Abstract
Las características con que se presenta esta sociedad de la información no son otras que las de tratarse de tecnologías para actuar sobre la información y no, información para actuar sobre las tecnologías como había sucedido anteriormente, su capacidad de penetración en todos los aspectos de la existencia individual y colectiva, puesto que la información es una parte esencial de toda actividad humana, el hecho de que se haya producido una convergencia de tecnologías específicas en un sistema integrado y la tremenda aceleración de su implantación generalizada. El impacto de la sociedad de la información en las Administraciones Públicas. Hemos de tener presente que las administraciones públicas disponen y gestionan gran cantidad de información, información que estructurada debidamente da lugar a un gran caudal de conocimiento, valores básicos de esta nueva sociedad; por tanto, es un deber de las administraciones públicas hacer una correcta gestión de la información que ciudadanos y empresas ponen a su disposición, correcta gestión que les obliga a ser transparentes, eficientes y a contemplar los principios de confidencialidad y seguridad de la información. Corresponde a los gobiernos y a las administraciones públicas impulsar decididamente el cambio organizacional que debe producirse y servir de elemento dinamizador aprovechando sinergias entre sector público y privado que les permitan situarse en un lugar de privilegio en el concierto de los países desarrollados.La mayoría de los gobiernos de los países desarrollados se encuentran inmersos en procesos de renovación de sus administraciones, con el fin de hacer de ella un elemento más de nuestra competitividad. Para ello es preciso convertirla en una Administración sencilla, incorporada a la Sociedad de la Información, orientada a los ciudadanos, que favorezca el progreso económico, asegure las mismas oportunidades para todos y contribuya a la integración y a la cohesión social. Las ideas fuerza sobre las que pivotan las actuaciones de estos "nuevos gobiernos" o de los "nuevos aparatos administrativos" se pueden resumir en las siguientes: -Impulsar la creación de nuevos servicios y hacer más eficientes los ya existentes mediante la reducción y simplificación de los procedimientos administrativos. -Hacer una administración más próxima al ciudadano y centrada en él, de interacción más sencilla, accesible y cómoda, como primer paso al concepto de teleadministración o administración desde casa, pero vigilando que el servicio sea universal. -Avanzar en el concepto de administrado como "cliente individualizado" o "cliente único", es decir, conseguir que cada ciudadano, cada empresa, cada asociación se sienta único en su relación con la administración, avanzando hacia la personalización de los servicios. -Ofrecer servicios de calidad como pilar básico en la fidelización de los administrados bien se trate de ciudadanos o empresas, lo cual redundará en la percepción de éstos con respecto a la administración y, consecuentemente, en un mayor y mejor disfrute de sus derechos y cumplimiento de sus obligaciones. -Hacer más con menos, ha de convertirse en un elemento clave para equilibrar los déficits presupuestarios y, consecuentemente para mejorar la competitividad del país. -Transformar las Administraciones Públicas en organizaciones más simples y con mayor capacidad de adaptación al cambio, lo cual no sólo supone cambios organizacionales sino fundamentalmente culturales. -Promover la investigación y el desarrollo tecnológico, como pilar básico para crear una industria sólida que permita la generación de nuevos empleos y de nuevas profesiones. Pero, evidentemente, todo ello será de imposible consecución sin un potencial humano formado, educado y con un acceso a la información y a los conocimientos necesarios. Efectivamente, la educación ocupa un lugar estratégico en el progreso social. El crecimiento económico es hoy consecuencia de los saberes y de las competencias de las personas. Gestionar el conocimiento y promover el desarrollo personal de todos se convierte, por dicha razón, en una tarea primordial, donde los poderes públicos tienen una importante responsabilidad. Mejorar, por tanto, la calidad de nuestros sistemas educativos se convierte en la tarea esencial para los gestores de los mismos.